lunes, 27 de junio de 2011

Sin titulo

Alli,
Sentada,
De una manera extraña, 
Encantada, casi hipnotizada.
Lo contemplaba, 
Lo añoraba,
Deseaba lo que en la brisa se respiraba 
su secreto,
Su perdición.

El viento, 
marioneta y actor,
de mi putrefacto interior.
Arrastraba mi secreto, 
la maldición.
El susurro que escapo de mi interior.

Iba y llevaba 
Sin rumbo, sin dirección
De un lado a otro, 
Mi culpa, nuestro dolor.

Así… 
simplemente, 
imperativamente.
Rompía , arrancaba… 
Destrozaba , amputaba,
Operaba su alma, mi interior.

Su dulce encanto,
Mi cruel ambición,
Era la que sin contemplación 
Ni el mas minimo pudor,
prolongaba el momento en que su todo se pudrió.

Luz,
Mudo participe de nuestra perdicion,
Solo observaba,
no actuaba,
mas irradiaba un remedo de compasión.
inocencia manchada,
de pena, de vergüenza,
de temor.


Un modo de penitencia, 
una suerte de redención.
Mi cruda plegaria rogó por su dolor,
Mas mi profunda rabia daño su color.
Su corazón.






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