Alli,
Sentada,
De una manera extraña,
Encantada, casi hipnotizada.
Lo contemplaba,
Lo añoraba,
Deseaba lo que en la brisa se respiraba
su secreto,
Su perdición.
El viento,
marioneta y actor,
de mi putrefacto interior.
Arrastraba mi secreto,
la maldición.
El susurro que escapo de mi interior.
Iba y llevaba
Sin rumbo, sin dirección
De un lado a otro,
Mi culpa, nuestro dolor.
Así…
simplemente,
imperativamente.
Rompía , arrancaba…
Destrozaba , amputaba,
Operaba su alma, mi interior.
Su dulce encanto,
Mi cruel ambición,
Era la que sin contemplación
Ni el mas minimo pudor,
prolongaba el momento en que su todo se pudrió.
Luz,
Mudo participe de nuestra perdicion,
Solo observaba,
no actuaba,
mas irradiaba un remedo de compasión.
inocencia manchada,
de pena, de vergüenza,
de temor.
Un modo de penitencia,
una suerte de redención.
Mi cruda plegaria rogó por su dolor,
Mas mi profunda rabia daño su color.
Su corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario